ARCOS DE LA FRONTERA

Puerta de entrada a la Ruta de los Pueblos Blancos, Arcos está considerado uno de los pueblos más bellos de España. Existen huellas de sus primeros pobladores prehistóricos y romanos en el yacimiento de la Sierra de Aznar, pero a quien debe la ciudad su impronta y actual fisonomía es a la cultura musulmana.

A través de estrechísimas y empinadas calles y bajo antiguos arcos, el visitante se aproxima a su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico, donde se conservan joyas monumentales como el castillo de los Duques (s. XV), la Puerta de Matrera (ss. XI-XIV) y los restos del recinto amurallado, sus palacios y casas señoriales, la basílica de Santa María, la iglesia de San Pedro, además de numerosos templos, capillas y conventos.

UBRIQUE

En la convergencia de los parques naturales de Grazalema y de los Alcornocales se encuentra Ubrique, declarada Conjunto Histórico. Su origen romano viene atestiguado por la antigua calzada romana entre Ubrique y Benaocaz y, sobre todo, por el valioso yacimiento de Ocuri, con un monumento funerario de tipo columbario del que existen muy pocos paralelos en la península Ibérica. De la cultura musulmana han perdurado los restos de la fortaleza de Cardela o castillo de Fátima (s. XII).

Su casco histórico de trazado medieval presenta calles angostas, pintorescos rincones, bellas plazas con fuentes como la barroca fuente pública y la andalusí de los Nueve Caños y buenos ejemplos del barroco como las iglesias de San Antonio, San Juan de Letrán y el Convento de Capuchinos, convertido en centro de exposición permanente “Manos y Magia en la piel”. Complementa su oferta de ocio con rutas senderistas, parajes para la pesca, la caza o el avistamiento de aves y el vibrante Rally Subida a Ubrique.

ZAHARA DE LA SIERRA

La sierra del Jaral acoge sobre sus faldas esta villa serrana enclavada en el interior del parque natural Sierra de Grazalema y declarada Conjunto Histórico. La fundación de la actual Zahara se debe a la época musulmana de la que se conserva, además del típico entramado urbano andalusí, el castillo (s. XIII), recuperada torre del Homenaje y los restos de la villa medieval con tramos de murallas.

Su emplazamiento a lo largo de la ladera le da al caserío una fisonomía urbana peculiar. Los diferentes niveles obligan a las calles a escalonarse. En su coqueto casco urbano resaltan la iglesia de Santa María de la Mesa, la capilla de San Juan de Letrán, la torre del Reloj y el puente de los Palominos.

Durante la fiesta del Corpus Christi, declarada de Interés Turístico Nacional, no solo se puede disfrutar de su cuidada ornamentación sino que también permite degustar su gastronomía autóctona, con platos como los quemones de cebolla, las sopas hervías y los borrachos azucarados.

GRAZALEMA

En el corazón de la Sierra de Grazalema se enclava este pintoresco pueblo blanco gaditano que goza de un microclima especial (ostenta el índice pluviométrico más alto de la Península). Aunque existen en la zona huellas de asentamientos prehistóricos, como el dolmen de la Giganta, el origen de Grazalema coincide con la ciudad romana de Lacílbula.

En su casco urbano, declarado Conjunto Histórico, la típica arquitectura popular se combina a la perfección con la riqueza monumental. La joya patrimonial de la villa es la iglesia barroca de Nuestra Señora de la Aurora, junto a la que se dan cita la iglesia de San José, la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, la iglesia de San Juan y las ermitas del Calvario y de los Ángeles.

Famosa por sus tradicionales mantas, éstas se exponen junto a otros oficios artesanales en el museo de Artesanía Textil.

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